La coeducación en España en el s.XX

Coeducación en España en el s.XX

A principios de siglo se despertó apasionado debate no sólo porque cuestionaba una práctica social legitimada durante dos siglos de la separación de sexos en la escuela sino porque conllevaba una importante carga ideológica al incidir sobre las relaciones sociales entre hombres y mujeres y plantear la revisión de los roles sociales de uno y otro sexo. 

En la realidad las experiencias de escuela mixta fueron minoritarias, incluso en la etapa de la Segunda República, cuando la coeducación fue admitida y considerada necesaria, sólo una minoría de centros llegó a tener carácter mixto. El corto período de la implantación de la escuela mixta desde la instancias públicas fue muy beneficioso para las niñas y jóvenes, puesto que aumentaron notablemente las tasas de su escolarización y pudieron ampliar su ámbito de actuación. 

 Al final de la guerra civil queda cerrada, por un largo periodo, la opción de escuela mixta. La iglesia volvió a asumir la iniciativa en el campo de la educación. La legislación franquista prohibirá de nuevo la escolarización conjunta de niños y niñas en los niveles primario y secundario. La educación de las niñas se confiará, en parte, a la Sección Femenina de la Falange, que con todos los medios alcance se propondrá difundir un modelo pedagógico dirigido a inculcar a la mujer que la finalidad de su educación se reserve a los limites de su función de madre y responsable del hogar. En definitiva, se produce el regreso a los principios ya formulados en el siglo XVIII sobre la educación de las niñas al igual que entonces, el trabajo fuera del ámbito doméstico se entiende como una desgracia forzada por situaciones extremas de pobreza. 

El periodo franquista significa para las mujeres una desvalorización profesional de su formación a través de la diferenciación de curriculums y la escuela separada. 
Al quedar la mujer recluida de nuevo en el ámbito de lo doméstico, se le negaba la posibilidad de aumentar su nivel cultural y su movilidad social, derechos que había conquistado en el primer tercio del siglo.
Hasta 1970, finalizando la dictadura, no se modificará en profundidad la legislación franquista referida a la estructura educativa. En este año, la Ley General de Educación, fruto de las transformaciones sociales y económicas habidas en el país, anula la prohibición de a escuela mixta y crea las condiciones legales que favorecen su extensión; asimismo, generaliza en la Enseñanza General Básica (EGB) el mismo tipo de currículum para niños y niñas, al establecer una enseñanza homogénea que duraba hasta los trece años.
En los medios educativos progresistas, liberales y antifranquistas, se mantendría siempre la memoria de los avances, prácticos y legislativos, de la etapa histórica anterior. Los nuevos movimientos de renovación pedagógica plantean la educación conjunta de niños y niñas como un logro ineludible: sin embargo, la reflexión sobre la coeducacion será un tema muy marginal en sus debates.
Las nuevas escuelas activas practican la educación conjunta de niños y niñas en los términos igualitarios de antes del franquismo: lo natural es que niños y niñas se relacionen y convivan en una escuela que los a todos por igual.

Pasarán aún algunos años hasta que comience a replantearse el tema de la coeducación y se ponga en duda la aparente neutralidad e igualdad del sistema educativo en relación a los niños y a las niñas.





Cristina Brullet y Marina Subirats. (1990). La coeducacion. enciclopedia practica de la pedagogia, vol. 5, 13-15.

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